martes, 28 de junio de 2011

Libia: Historia Antigua

Origen
Libia tal como la conocemos tiene en su origen dos vertientes étnicas y territoriales.
1.               Tripolitania (Trípoli) originalmente formada por un grupo de colonias fenicias establecidas en el territorio durante el siglo V a.C., pasaron por el dominio de Cártago y luego de la tercera guerra Púnica en el año 146 a.C., quedaron bajo el dominio de Roma como provincia. U n siglo más tarde julio César anexó a Tripolitania al Imperio.
2.                Cirenaica (Cirene) fue colonizada por los griegos, antes territorio de cultura egipcia, Imperio del que había formado parte durante miles de años en diferentes intervalos. Colonos dorios fundaron Cirene en el siglo VII Ca. Durante los siguientes doscientos años, otras cuatro importantes colonias griegas se establecieron en el área que junto al puerto en Cirene se las conoció al conjunto como Pentápolis. La fértil planicie costera donde se ubicaron tomó el nombre de Cirene

Invasión islámica en Libia
En el año 642 el pueblo árabe ingreso en el territorio de Libia y lograron conquistar la ciudad de Cirenaica comenzándola a llamar “Barqa”. Luego de dos años, a finales de la década, se completo el dominio de la región, con la conquista de la ciudad de Tripolitania. Los reinos de Libia del interior fueron conquistados en el año 662 con poca resistencia.
En los siglos siguientes los habitantes de estas zonas cambiaron sus prácticas a las de la religión del Islam. El idioma y la cultura de los árabes consiguieron eliminar la cultura romana cristiana y casi la lengua bereber. Mientras que los habitantes de Tripolitania adoptaron la cultura semítica un grupo de lengua habladas en el norte de África, Medio Oriente y púnicos. Los habitantes de la ciudad de Cirenaica recibieron a los árabes con los brazos abiertos, como símbolo de la liberación ortodoxa impuesta por el imperio.
Después de la conquista islámica, el norte de África fue gobernada por una sucesión de emires, principes árabes, subordinados al poder del Califa.
A partir del siglo IX hasta el X se sucede una serie de traspasos de poder sobre el territorio Libio entre las diferentes dinastías bereberes (Kutama) y las dinastías árabes (Zirie), y bajo esta última el imperio islámico comienza su decadencia a partir del siglo XI .

Libia bajo el Imperio Otomano
A principios del siglo XV en la costa de Libia no había una autoridad central preponderante. España con ayuda de los Habsburgos ocuparon Tripoli en 1510, pero los españoles estaban, mas preocupados por el control del puerto que por los inconvenientes en la administración de una colonia. Tripoli en 1538 fue reconquistada por los Bereberes y la costa se hizo famosa como la Costa de Berbería.
Los turco-otomanos llegaron a ocupar Tivoli en 1551. Bajo su dominio, el Maghreb se dividió en tres provincias, Argel, Tripoli y Túnez. Después de 1565, la autoridad administrativa es delegada aun representante nombrado por el Sultan de Constantinopla, el Pachá. Pero fueron los Jenízaros, tropas de elite del ejército otomano los que se convirtieron rápidamente en la fuerza dominante de la Libia otomana.
En 1711, Ahmed Karamanlis, un oficial de caballería Otomana, tomó el poder y fundó la dinastía Karamanlis, que duraría 124 años.
En mayo de 1801 Pasha Yusuf Karamanlis exige a los estados unidos un aumento en el tributo, que ese gobierno pagaba desde 1796 para la protección de su comercio de la piratería. La demanda fue rechazada la fuerza naval de Estados Unido bloqueó Tripoli hasta el 3 de junio de 1805.
En 1814, el gobierno del sultán Mahmud II, se aprovechó de las perturbaciones locales para reafirmar su autoridad directa y la mantuvo hasta el colapso final del imperio Otomano. En esta etapa Libia queda inmersa en años de anarquía por la debilidad del Imperio Otomano. Durante un período de 75 años, Libia seguía siendo parte del Imperio, aunque era casi autónoma, hasta que Italia la invadió en 1911, cuando el Imperio Otomano se hundía.

Libia como colonia italiana: Conferencia de Berlín
Hacia el siglo XIX comienza por parte de los países europeos la competencia por la colonización del continente africano, un territorio prácticamente desconocido.
Esta carrera por la ocupación de los territorios comenzó en la década de 1880 hasta la primera guerra mundial. Las principales potencias involucradas fueron: Francia, Rino unido y Alemania aunque también participaron Bélgica, Portugal, España e Italia.
Se hicieron varios intentos por mediar esta disputa entre los países colonizadores. La Conferencia de Berlín fue uno de los pricipales acuerdos, los diplomáticos establecieron las guerras de competencia entre los países para la colonización de África. Ninguna nacion reclamaría ningun territorio africano sin notificar sus intenciones a los demás países involucrados y ningun territorio podía ser formalmente reclamado antes de ser eficazmente ocupado.
Italia, que había quedado al margen de la conferencia de Berlín, en 1911 el gobierno italiano presidido por Giovanni Giolitti, declaró la guerra al imperio otomano y procedió a ocupar los pricipales canttros de Tipolitania y Cirenaica que fueron incorporadas al Reino de Italia. Después de 1923 a raíz de la ascensión del régimen fascista, se emprendió una sistemática ocupación del territorio por medio de una campaña de colonización que llevó a miles de italianos a establecerse en Libia.
Familia enteras viajaban en busca de un mejor porvenir, esperanzadas por la promesa de recibir tierras gratuitas por parte del estado. Pero estas tierras no eran las mejores ya que en gran medida eran zonas desérticas o semi- desérticas y los colonos se establecieron en las costas desplazando a los nativos del interior.
En 1934 el gobernador Balbo unió las colonias italianas de Tripolitania y Cirenaica, creando la llamada Libia italiana, cuyos límites correspondían a la actual Libia, en 1940 había casi 120000 italianos en Libia, el 13% total de la población.

Libia durante la II Guerra Mundial
Durante la II Guerra Mundial, se libraron cruciales batallas en suelo libio. Tras un ataque italiano a Egipto (Colonia británica) en 1940, los británicos contraatacan Libia y se produce la intervención del ejército alemán. En 1943 los Italo-alemanes fueron finalmente derrotados y las tropas del eje expulsadas de las costas norteafricanas, la mayor parte de Libia quedó bajo administración británica.
En 1947 Italia se quedó sin colonia a causa del tratado de Paz, perdiendo así Libia italiana.
Cuando Italia fue derrotada en la II Guerra Mundial, los aliados victoriosos se reunieron para decidir que hacer con Libia. Estados Unidos quería dejar la cuestión en manos de las Naciones Unidas y la Unión Soviética pedía que se optara por una solución en régimen de fideicomiso, mientras que Francia se inclinaba por devolver Libia los italianos, que por su parte deseaban que se les devolviera. Cuando la guerra  Fría empezó a pesar en las mentalidades de las potencias occidentales, los británicos se pasaron al plan francés de devolver Libia a Italia. “El problema libio” se puso en manos de las Naciones Unidas, que decidió dar la independencia al país dejándolo en manos de Sidi Idris, emir de cirenaica, proclamando una monarquía con el nombre de Idris I.

Monarquía: Idris I
Idris I (1890-1893) primer y único rey de Libia. Una vez concluida la II Guerra Mundial en 1945, y mientas la ONU debatía el futuro del norte de África, tras la derrota y retirada de las tropas italianas, Idris consolidó una base política y finalmente proclamó la independencia de cirenaica bajo su liderazgo, en 1949. Las regiones de Cirenaica y Tripolitania se unieron en diciembre de 1950 para constituir la monarquía federal independiente de Libia, de la que Idris fue coronado rey. La Constitución de 1951 le otorgó un poder considerable sobre el Parlamento y las Fuerzas Armadas. Una de los principales problemas que tuvo que hacer frente fue la necesidad de promover la unidad de las poblaciones de las distintas regiones geográficas y étnicas de la nueva nación, no obstante, nunca se logró concretar.
Idris, de tendencias pro-occidentales, desempeñó un papel menor en la política del mundo árabe. Su postura no intervencionista en la guerra de los Seis Días (1967), tuvo una acogida impopular entre los trabajadores y estudiantes libios pro-árabes. El malestar del pueblo ante su política fue aumentado progresivamente hasta el punto de que Idris I fue derrocado por un golpe de estado militar encabezado por Muammar Al-Gaddafi en septiembre de 1969.